jueves, 22 de mayo de 2014

Malasmadres no, malísimas

Si me hubieran dicho hace 2 años que la mujer que tenía a un precioso retoño en su interior no sólo pertenecería a un club hecho llamar de malasmadres sino que además presumiría de ser miembro, no sé lo que hubiera pensado. Bueno quizá algo así como "que Dios nos pille confesaos porque si ella no sabe cómo criar a la que viene, mal vamos". No digo nada si además se lo hubiéramos contado a las abuelas, tendríamos el triple de opiniones y críticas de las que tenemos ahora.

Y es que está muy bien esto de reírse de vosotras mismas, reivindicar vuestro espacio y que cada una cuente a través de los tips diarios lo malamadre que es, pero eso hermosonas es una minucia para lo que nos vais a hacer a los malospadres este fin de semana. Porque sí, yo de buenpadre tengo poco por mucho que me dore la píldora Mrs. P pa enchufarme a la padawan el sábado, la tengo muy calada y sé por dónde van los tiros.

Porque señores malospadres míos, estarán de acuerdo en que es de malamadre dejar a la niña saludar desde el baño con un chorizo en la mano tal y como rezaba el tip:

pero es de muy malamujer dejarme en casa con Chewy el día de la final de la Champions y no una final cualquiera, derbi madrileño. Por no decir de malísimamadre, porque claro, la niña va a estar totalmente desatendida ya que mi atención tiende a cero cuando estoy viendo la televisión (sí, no doy para dos cosas a la vez, lo normal vamos lo reconozco) y aunque no soy muy devoto del fútbol una final es una final.

Que sí, todas las que os paseáis por aquí y vais en comandilla a acompañar a la caradura, me diréis que exagero y que es una noche, pero ojo a la noche… además la fiestecilla de marras es el sábado pero alrededor se está montando un fin de semana que ni de soltería. Y no nos engañemos, el domingo estará hecha una braga porque encima se me va preñada la muy golfa, y no podrá ni cocinar, ni limpiar, ni coser ni cantar, ni atender a su hija, ni hacer cajas para la dichosa mudanza (esta es otra guerra que ya os contaré)…en definitiva no moverá un dedo la muy perrilla excusada en el pobre Pixel cuando todos sabemos la realidad.

Por si fuera poco, llevo más de dos semanas sin poder leer el timeline de la cuenta de twitter del blog, que vale que no ponga ni un tweet pero uno cotillea al menos, y con el tema de #LAPARTY me estáis abrasando a modelitos y lo que es peor, las fluctuaciones en el tiempo del sábado que lleváis revisando desde que Jose Antonio Maldonado se marchó de La 1. Tanto es así, que he tenido que padecer a Mrs.P pensando que no tenía sayo a día de hoy y tenía que decidirse para que Remorada la pusiera en la alfombra morada, cosa que tengo que agradecer porque sufriré un día menos el "qué me pongo" (no se vale cambiar, ¿a que no se vale Remorada?).

Así que queridas malasmadres, dejaos de tanta historia que lo que tenéis es mucha cara. Cualquier excusa es buena para salir por ahí y dejar a los maridos con los niños, ahora la Party y luego será el día del Mojito y así a lo tonto me lo bailo os damos a los niños con 18 años ya criados y con dos carreras, de ahí lo de buenpadre. No me hagáis ponerme serio y crear el contraclub para marcarnos unas juergas, que a malos no nos gana nadie. A ver si os voy a tener que enseñar a quitar la pinza del pelo a la niña junto con una buena mata de pelo, poner la lavadora de blanco con algún calcetín de color para que salga todo rosa o ponerle un pantalón pesquero a la niña porque no le vale desde hace 3 meses. ¡Eso si que no!

No quiero terminar este post, sin por supuesto aportar mi look de fiesta al más puro estilo remoradiense (años luz mis dibujos de los suyos, eso sí) para que todos los padres me lo copiéis este sábado, a nosotros nos dará igual ir con el mismo look, al contrario que a ellas, así que aquí os dejo las tres opciones ganadores de la noche:

En primer lugar pijama de seda
enseñando tableta de chocolate
donut según el caso. Este
mejor guardar para cuando este
la malamadre.
Camiseta viejuna con solera
y pantalón del pijama o boxer
que hubiese en lo alto del cajón
Y por último pero no
menos importante
un clásico atemporal,
el modelito resultado
de la pereza que da
ponerse el pijama


















¡Ala, disfruten de la party MALASMADRES!


lunes, 12 de mayo de 2014

Cuaderno de bitácora - Segundo trimestre

Cuaderno de bitácora, hemos pasado con éxito la segunda fase de mutación de los humanos, según ellos el segundo trimestre. El organismo denominado Pixel viene con fuerza y hace lo que quiere con el cuerpo huésped, uséase el mío, a pesar de ser yo la autoridad en este experimento, fuente inequívoca de lo que se avecina en un futuro no muy lejano. Además de las mutaciones características de nuestros seres, Pixel y yo, hemos sumado una serie de cambios en el resto de integrantes del núcleo familiar dignos de ser comentados también.

Mutación del huésped

En este segundo experimento al que me someto por voluntad propia, estoy pasando tres poblaciones de menor categoría tanto de la semana en la que estoy como de los cambios que debería estar sufriendo. Para ser sincera, he tenido que contar varias veces en el calendario para asegurarme que había cumplido el mencionado trimestre, lo que me está llevando a un experimento al libre albedrío del que sólo espero los resultados y punto pelota.

Aún así que no se diga que no me documento para dejar mis impresiones sobre el mismo y que Pixel no piense que es una muestra aleatoria de una noche de libre albedrío también. He aquí lo que se dice que se experimenta:
No llego a los extremos
de Phoebe 
  1. Mala cabeza: la primera maternidad ya se llevó dos tercios de mis neuronas y esta segunda creo que ha acabado de colapsar mi cerebro. De hecho, no sé ni cómo escribo.
  2. Temas digestivos: leyendo lo que hay, por empatía debería sufrir alguno. Aún así y para tranquilidad de los alumnos del experimento que pasean por aquí, tengo que decir que mi tracto intestinal responde adecuadamente a todo lo que me meto en el buche, demasiado bien diría yo. Sigo teniendo más hambre que los pavos de Manolo.
  3. Deseo sexual: a pesar de lo científico del tema, siempre que llega este trimestre me acuerdo del capítulo de Friends en el que Rachel está más caliente que el palo de un churrero y Phoebe le muestra al machorro que tenía para desquitarse.  Dicho esto, sólo puedo decir que el tener una padawan de 22 meses y estar muertamatá no ayuda, pero se hace lo que se puede.
  4. La piel: al loro lo que he encontrado en interné - "tu piel puede oscurecerse en ciertas áreas, tener acné, más vello, estrías, comezón y sudor excesivo" - ¡¡jooooder!! peor que en la adolescencia. Gracias Pixel por manifestarte en una estría en mi ombligo por el momento y un culo maleta.

Mutación del organismo

Sigue mutando a un ritmo vertiginoso digno de un estudio profundo al cual no puedo dedicarle tiempo. La especialista en dirigir estos experimentos, la obstetra, nos ha confirmado que el sujeto dispone de un saliente en la entrepierna y huevacos más grandes que el caballo de Espartero, lo normal viniendo de quien viene.

A pesar de sorprendernos en el primer trimestre con una mutación hacia Nessie o una marioneta de calcetín, en esta segunda fase parece ser que evoluciona favorablemente hacia la especie humana. Aún así, no tengo certeza 100% de este hecho pues el movimiento que tengo en mi interior me inclina a pensar que estoy centrifugando un ser al que no le gusta el tema y me responde con golpes de varios tipos. Vamos que está hecho de rabo de lagartija, cosa que tampoco me extraña viniendo de quien viene. Aquí dejo de lado el tema científico y me acojo a la fe para pedir que se tranquilice un poquito cuando salga.

Cariño mira da pataditas

Mutación de la muestra masculina

La muestra masculina, también conocida como padre del organismo, se solidariza con el huésped y me acompaña en todas las comidas y colaciones que me da por hacer, únicamente porque en este segundo experimento no me ha dado por el vinagre. Aunque el cabrito no sé cómo lo hace pero no está desarrollando volumen a su alrededor.

Además de esta empatía gastronómica, por su parte está más que encantado con el punto 3 anteriormente expuesto, aunque se va lamentando por las esquinas por el devenir de mis energías y las de la padawan.


Mutación del resultado del primer experimento

El resultado del primer experimento, científicamente conocido como Chewy, reconoce al sujeto de este segundo intento por su nombre desde bien temprano. Se abraza al continente del organismo, el triponcio de su madre, mientras le llama y le proclama su amor diciéndole que le quiere, hecho que produce un nivel de hormonas en el huésped más alto de lo normal. Acto seguido se puede meter entre pecho y espalda media fuet y decir que tiene a Pixel en su tripa, lo que demuestra que come como sus padres y cree que su hermano es una mala digestión de su madre. 

Mr. P says: ¡santa madre que se acerca el final y viene con curvaaas! Pixel, hijo, te espero como agua de mayo para empatar en género en la morada.

viernes, 9 de mayo de 2014

#100happydays

A principios de año ojeando algunos blogs de fotografía para amortizar mi regalo del rey majo Mr. P, encontré un desafío que me encantó y al que me apunté sin dudar. Las normas eran fáciles, subir una foto de un momento que te haga feliz durante 100 días seguidos a una de las redes sociales propuestas bajo el hashtag #100happydays.

Por mi parte decidí usar Instagram para ello porque quería incluir vídeos - me mola luego verlos y verlos - y tengo que decir que me resultó muy fácil cumplirlo. Solía subir mis happy moments al final del día porque así elegía entre varios de los que había capturado, aunque alguno lo he compartido al instante sin dudar. 

Si queréis más información sobre el desafío podéis encontrarlo en su página oficial aquí, además del formulario para apuntaros. Os enseño algunas de las fotos que he recopilado durante 100 días que han pasado volando, collage montado con un programa que nos gusta usar de vez en cuando en casa, Posterino


Os animamos a que os apuntéis, no solo os ayudará a hacer más fotos diarias sino que además encontraréis gran cantidad de momentos que os hacen sonreír y que merece la pena guardar en un rincón. Sin duda, una manera estupenda de ser optimista a pesar del peor de los días que hayas tenido.