jueves, 17 de septiembre de 2015

El final del verano

El final del verano no llegó aún, como cantaban Pili y Mili en el Dúo Dinámico, aún quedan unos cuantos días según el calendario, pero desde que Agosto se asocia a vacaciones por los churrumbeles y encima tenemos vuelta al cole, se jodió el verano, ya hay horarios que cumplir, nuevas etapas que empiezan, fresquete mañanero y rutina, rutina y más rutina. Hemos disfrutado mucho del veranico y de los minifrikers, esperamos poder dejar constancia por aquí porque tenemos muchas ganas de retomar esto con constancia, pero el post de hoy no es sobre ellos, sino sobre nosotros y el verano.

El otro día hablando Mr y yo de la vida y milagros de los veranos y echando la vista atrás, se me ocurrió preguntarle: "¿Qué te viene a la cabeza si te pregunto por tus veranos de mozo? Tres cosas rápidas y por qué", esto es como el juego de las preguntas rápidas de Friends, no vale pensarlo mucho porque seguro que hay imágenes que nos vienen fácilmente a la cabeza y que las relacionamos con el verano de nuestra juventud, pueden ser tontunas pero son de nuestros veranos. Y así fue como nació el post de hoy, un post nostálgico, pero que tiene cabida aquí para despedir nuestro verano.

Mr.

Mi verano se puede resumir en una palabra: campo. Ya sea porque la gran parte del verano me la pasaba en el Pinar  con mis amigos, o por las numerosas excursiones que hacia con la familia y amigos con los todoterrenos.
  1. Desde que tengo uso de razón íbamos a la piscina del pinar, un pinar a las afueras de Cuenca. Allí predominaba el deporte al aire libre con los amigos, sobre todo fútbol y ping pong, pero en la tradición se imponía la natación y la practiqué durante años hasta que dejé la competición, como todo aquello que te imponen, en cuanto tuve la oportunidad. Éramos un grupo muy poblado de amigos con los que ahora por la distancia apenas tengo relación, pero cuando vamos a ver a los abuelos y coincido con alguno vas corriendo a abrazarlos como a un hermano que hace tiempo que no ves, porque con verlos recuerdas aquellos días en los que todo era diversión y cosas nuevas.
  2. Las excursiones al campo han sido una contestado a lo largo de mi infancia y adolescencia, pero en verano se convertía en un hobbie semanal. Me encantaba sobre todo cuando íbamos a excursiones por el río y recorríamos el cauce equipados con unas Jhayber viejas para no dejarnos los pies con los cantos. Y en cuanto veíamos una poza buscábamos una sitio alto para saltar como descosíos y sin ningún miedo, ahora no se si lo haría, la edad nos hace prudentes. Me encantaban las acampadas con los amigos y como nos dormíamos de agotamiento después de horas de diversión y pedos en la tienda (humor juvenil, ya me entendéis).
  3. Salir después de cenar a las pistas de la urbanización donde viven los abuelos era una costumbre instaurada. Allí principalmente nos dedicábamos a hablar, zanganear y alguna que otra vez acabamos haciendo sesión de cine en casa da alguien echando a los padres del salón.

Commons nala, patalu patalu


Mrs.

Cuando hablo de mis veranos, hablo de mi abuela, es la primera que se me viene a la cabeza. Llegaba julio y ya estaba deseando irme al pueblo con ella, un pueblo de no más de 50 personas censadas pero que en verano se llenaba de gente de varias ciudades y donde yo estaba con mi abuela la mar de a gusto. En ella y el pueblo se basan casi todos mis recuerdos de verano, era felicidad absoluta.
  1. Las tortas recién hechas en la tahona, calentitas y rellenas de nocilla de dos colores, mmmm...aún recuerdo ese olor. Mi abuela me las traía todas las mañanas que hacían, los lunes y los jueves, y era difícil no comerse varias. Ella las conservaba muy bien además, en la panera, encima de una nevera que era igual de chiquitita que ella o en el mueble del salón, no se ponían duras nunca, tampoco les dejábamos mi hermano y yo jeje.
  2. Levantarme escuchando unos pájaros pedorros, pedorros porque hacían como pedorretas, y bajar las escaleras corriendo porque estaba a punto de empezar alguna serie mañanera que no quería perderme mientras desayunaba, de La 1 o La 2, porque más no llegaba... Recuerdo varias que me tragaba: Los rompecorazones, Las gemelas de Sweet Valley, Blossom y no me puedo olvidar de Dawson Crece, la etapa espinilla fue intensa.
  3. Salir con mis amigas después de cenar, era toda una aventura, aunque el destino fuera comerse unas pipas y dar una vuelta por el pilón del pueblo mientras oíamos y suspirábamos escuchando a Bon Jovi en un radiocasete, "loro" en la jerga molona de la época, que había comprado por 11000 ptas ahorradas a golpe de pagas de las abuelos. Eso de llegar a la 1 aprovechándome que mi pobre abuela me dejaba una ventanica que tenía la puerta abierta para que entrase, no tenía precio.
Pues hala hermosos, ya nos hemos puesto moñas un rato después de semanas sin escribir por aquí. Si todavía quedan almas perdidas que quieran compartir sus 3 recuerdos de verano, estaremos la mar de felices de leerlos.

¡Feliz final de verano!

miércoles, 20 de mayo de 2015

Babies of Might and Magic

Cuando estás esperando un retoño suelen surgir las preguntas más variopintas en tu cabeza, desde el "¿será como el padre de...?" al "¿tendrá la…de la madre?", sólo hay que completar los puntos con las maravillosas cualidades de los progenitores. Todas ellas se traducen en una respuesta, inesperada siempre por mucho que nos hayamos dedicado a imaginar el genio y figura que incorporaremos a nuestra casa.

Dentro de nuestra corta experiencia como padres Jedi y "amigos de", nos hemos encontrado muchos tipos de bebés, cada uno con sus particularidades pero todos muy bonicos como suelen decir las abuelas (aunque por dentro muchas veces den gracias por no tener uno así o recen porque se les pase al suyo). Así que nos hemos permitido el lujo de hacer una clasificación de ellos. Es posible que en este juego, como en todos los de cartas, nos haya tocado una combinación de ellas, real como la vida misma porque si hay algo que es verdad es que no hay dos bebés iguales.

Hagan juego...

Si hay alguien por aquí que juegue al Hearthstone le resultará familiar la puntuación de las cartas y colores, para los que no, una explicación fácil, sencilla y para toda la familia:
  • Diamante (puntuación arriba izquierda): Coste de la carta, vamos cuanto mejor es la carta más cuesta.
  • Espada (puntuación abajo izquierda): Ataque del bicho hacia nuestra persona.
  • Gota de sangre (puntuación abajo derecha): la vida que nos queda cuando nos toca esta carta.
  • Carta dorada: es la releche.
Después de todo esto sólo nos queda catalogar a nuestros churrumbeles:
CHEWY: Chupatetas, tragaldabas, explosiva e insomne.
PIXEL: Koala, tragaldabas, asilvestrao, avispao e insomne.


Resumen de nuestra partida de cartas, estamos jodidos de vida pero siempre nos quedará la comida.

lunes, 11 de mayo de 2015

Hormi

No estamos muertos no - aunque pudiera parecerlo por la frecuencia de nuestra pequeña morada - ni tampoco estamos de parranda - ojalá pero más allá de la fiesta que nos dan los pequeños aprendices de magos aquí no cae otra - pero lo que sí estamos es tomando cañas olerele lele. ¿Por qué? Pues muy sencillo, porque hemos derrotado al mago tenebroso, aún no nos lo creemos y estamos dando palmas con las orejas a ritmo de Peret mientras rezamos porque siga así.

Muchas fueron las ideas que nos disteis en el post anterior allá por Marzo (miles de gracias a los que aún seguís pasando por aquí), así que nos planteamos fecha tope puente de San Isidro y fuimos pensando qué estrategia seguir para derrotarle. Sin embargo, el destino es caprichoso y cuando menos te lo esperas allá que se presenta delante de tus narices la poción perfecta o en este caso, el ser adecuado: una hormiga. ¿Quién nos iba a decir a nosotros que algo tan diminuto podría ayudarnos tanto en nuestro dilema? Pues sí, he aquí el cuento de cómo una pequeña amiga que paseaba tranquilamente una mañana de domingo, se convirtió en la heroína de unos pobres padres frikerizos.

Érase una vez una niña llamada Chewy que jugaba en el jardín de los abuelos una apacible mañana de domingo. Tras dedicarle horas a la plastilina, las marionetas y el balón, decidió encarnarse en Rick Moranis y al más puro estilo Wayne Szalinski sin suspensión, se dedicó a peinar el césped en busca de seres diminutos y bichos. Lo primero que encontró fue un saltamontes, al cual le pinchó con su dedito para verlo saltar de hoja en hoja y cuando éste se escapó, fijó su mirada en una pobre hormiga que zascandileaba por allí respirando aire puro. No era una hormiga cualquiera, por supuesto, al igual que en la película se trataba de Hormi, la pequeña hormiga que ayuda a los niños a llegar hasta su casa (le encantó la película).

La joven padawan siguió a Hormi durante un rato para ver a qué se dedicaba y, con un alarde de delicadeza envidiable, posó su dedo índice encima de ella para cogerla. Hormi, que no estaba digamos...encantada, se revolvió un poco pero al final se dejó llevar por la giganta y terminó en un cubo de arena medio lisiada. Chewy presentó a su nueva amiga a toda la familia y al ver que no se movía demasiado (estaba más pallá que pacá), le comentó a su madre que estaba malita y que tendría que curarla en casa. Tras 160 km con el cubo entre las manos y el cadáver de la pobre Hormi, Chewy llegó a casa muy feliz porque la iba a curar, depositó el cubo en el salón y fue a por su maletín de doctora. Al volver realizó sus rituales de sanación y le dijo a la hormiga que le regalaba su chupete para que se lo quedara, puesto que era la única hormiga que no tenía chupete, momento que su madre aprovechó para decirle que, por semejante acto de valentía y generosidad, aparecerían unas hadas para hacer chiquitito el chupete y dárselo a Hormi y así que pudiera volver con sus padres volando a Cuenca.


La pequeña se quedó muy contenta y se fue al parque a pasar la tarde, cuando volvió su querida amiga ya no estaba y ella gritó a los cuatro vientos que se había ido a dormir con sus papás. Sus padres le dijeron que así era y que al día siguiente Hormi volvería para traerle un regalo muy guay por todo lo que había hecho por ella, pero sobre todo por regalarle lo más preciado de su vida, su chupete frikerizo. Llegó la noche y Chewy empezó a quedarse dormida y por supuesto lloró, lloró por su pérdida un rato largo y les dijo a sus padres "Estoy muy triste porque no quiero dormir sin chupete", tal cual. A la madre se le hizo un nudo en el estómago por su bebé grande, pero hizo de tripas corazón y le contó el cuento de cómo Hormi se convirtió en la hormiga más feliz por el regalo más grande y bonito que le podían haber hecho. Y así, se quedó dormida.

Al día siguiente al salir de la guardería, Hormi fue a recoger a Chewy (otra hormiga que la loca de su madre se dedicó a recoger de los arbustos del trabajo ante la atenta mirada de la gente fumadora del edificio). Iba dentro de una cajita, pero esta vez acompañada de su hermana pequeña a la cual las hadas le habían regalado el resto de chupetes de casa. Ambas habían venido a recoger a la niña para traerle su regalo, una tipi y unos cuentos para leer dentro, regalo que estaba a buen recaudo a la espera del gran acontecimiento. Cuando llegamos a casa allí estaban sus paquetes y ella con una sonrisa de oreja a oreja. La hermana se fue corriendo de la caja pero Hormi se quedó con Chewy a jugar, otra vez dormida después del zarandeo de la caja, "es una hormiga muy dormilona" como bien decía su amiga giganta sonriendo. En la hora del baño, se despidió de ella y al salir, ya no estaba, había vuelto con sus padres, sus hermanas y sus chupetes.

Y así fue como una pequeña hormiga, bueno dos en realidad, nos ayudaron a salir de este meollo. Desde aquí nuestro más sentido agradecimiento a la vida de estos pequeños seres que le han dado a nuestra padawan un final inmejorable para su amigo. Hoy segunda noche sin un llanto, esperemos que siga así.

miércoles, 25 de marzo de 2015

El que no debe ser nombrado

Desde hace varios meses se cierne sobre este humilde hogar la magia, no una magia cualquiera, la magia más tenebrosa que hemos conocido y de la que intentamos escapar a toda costa. Sin embargo no encontramos la salida, al menos no una fácil y que se solucione con nuestro Patronum.

Todo comenzó hace aproximadamente dos años y medio. Con la llegada de la magia a nuestra casa, fuimos conscientes de muchas cosas que conocíamos de oídas, una de ellas, la existencia de este ser que enseguida se hizo hueco en nuestras vidas. Si bien en un principio fui un poco reacia, pronto nos sedujo con su artes poderosas, era pequeño, bonito, fácil de llevar y no costaba nada puesto que lo teníamos ahí desde el principio. Pero sobre todo, albergaba un gran poder, poder que hasta los dos meses y medio de vida de la nueva bruja no nos aventuramos en aprovechar, la capacidad absoluta de domar su carácter y dejar que su madre pudiera estar dos minutos en el baño tranquilamente sin nadie amorrado a su teta.

Pronto atrajo a todo un ejército de compañeros de todos los colores y formas gracias a mi afán compulsivo de albergarlos en casa. Me parecían tan monos que los quería todos, aunque Chewy enseguida mostró sus preferencia por el primero que entró en su boca, el más poderoso de todos, su talismán, su compañero mágico, su extensión, sí, un chupete de recién nacido. Pensamos en hacer desaparecer al ser antes que el pequeño mago Pixel hiciera aparición, pero se avecinaban grandes cambios mágicos para Chewy y decidimos postponerlo. Teniendo en cuenta además, que si se lo poníamos al recién llegado, ella volvería a caer en sus garras, no queríamos causar más guerras en casa, así que optamos por seguir conviviendo con él, total no hacía mal a nadie (al menos en aquel momento).

Sin embargo, hace medio año, coincidiendo con la entrada en la guardería de Hogwarts de Magia y Hechicería, el poder de nuestro amigo se convirtió en tenebroso, empezó a sacar su lado más oscuro y pronto se hizo con un ejército de niños que no dudaban en empeñar cualquier cosa por estar junto a su amo, entre ellos Chewy. Así fue como empezó la era de la oscuridad en casa bajo el dominio de "El que no debe ser nombrado", el chupete. Le tenemos tanto terror como al de los libros pero no es para menos, he aquí su historia.







Todavía ronda el elfo y le seguimos contando la batalla de que vendrá a por ellos, pero ya no está todo el día pegada al señor tenebroso y lo deja incluso en casa cuando salimos. Somos conscientes de que nos queda la batalla final, no queremos más intentos, estamos intentando reunir nuestro ejército y las fuerzas necesarias para hacer cumplir la profecía y derrotarle. Así que cualquiera que quiera unirse a la Orden y explicarnos la estrategia para salir victoriosos, será bien recibido.

jueves, 5 de febrero de 2015

A mi querido niño

Hoy ha sido día de incorporación al trabajo. Tras una baja extendida con horas de lactancia y todas las vacaciones del año pasado, he llegado a los 5 meses y medio de mi principito, una minucia como siempre. Aunque no solemos ponernos muy serios ni tristes por este blog, que no pretende otra cosa que ser un recuerdo bonito y divertido de lo que vivimos, hoy es día para hacerlo. Me gustaría que este post cayese en manos de los que han dirigido, dirigen o dirigirán este país para que se dieran cuenta de lo que supone.

¿Por qué?

Porque con 16 semanas un bebé sigue necesitando a su madre las 24h del día. No habrá consuelo para él en tus brazos cuando llore porque alguien ha decidido que ya es mayor para que lo encuentre en los de una desconocida o si tienes suerte de familia/amigos.
Porque con 16 semanas empieza a descubrir mundo. El recién llegado es una criatura que está empezando a percibir el mundo desde hace muy poco, casi acaba de empezar a ver e interaccionar con él y te necesita para que le guíes, despojarle de lo único que conoce es frustrante para todos, además de triste.
Porque con 16 semanas únicamente hay lactancia. Es una vergüenza que la lactancia sea exclusiva hasta los 6 meses y no se pueda estar para ofrecerla. Si, como en mi caso, se trata de lactancia materna, justo cuando ya consigues establecerla sin problemas de gases, grietas ni historias y comienzas a disfrutarla...te tienes que ir. Empieza un nuevo suplicio, el del sacaleches, aparato infernal que tienes que cargar al trabajo y por el cual no te miran muy bien porque "descansas" para poder ofrecer alimento a tu hijo, descanso que se da en un baño porque no hay nada más.
Porque con 16 semanas una madre no está al 100%. Se está empezando a salir de las consecuencias de un embarazo, el cuerpo no está ni física ni psicológicamente preparado, hay agotamiento en todos los sentidos y te toca sacar fuerzas de donde no las hay para poder poner un sueldo en tu casa.

Podría seguir dando razones de por qué 16 semanas me parecen ridículas, no descubro nada en esto de la conciliación. La vuelta al trabajo no es idílica, si decides cogerte una reducción de jornada asumirás miradas de compañeros que te miran como la que se escaquea, si tienes suerte, te relegarán a una esquina castigada como en el colegio o te pedirán que hagas esfuerzos fuera de horarios porque "las madres hacéis de todo por estar con vuestros hijos". Este es el país de calentar la silla y aparentar.

No me sigo extendiendo más porque quiero empezar el post que realmente quería, el de la carta al bebé que se queda en casa porque, en realidad, ÉL ES LO IMPORTANTE.

Mi querido niño,

hace cosa de dos años le escribí una carta a tu hermana y me parece increíble que ya esté otra vez en esta tesitura y que haya pasado todo tan rápido.

Sigo siendo como entonces, una moñas que se ríe de todo y podría parecer que al ser tú el segundo este momento iría mejor, pero no. Siento decirte que tu madre no aprendió nada de aquella primera vez y estoy tan triste o más que entonces. Triste porque eres muy pequeño, triste porque necesitas a tu madre más que a nada, triste porque no me verás en unas horas, triste porque no habrá consuelo en mis brazos, triste por muchas cosas pero sobre todo triste porque no estaré a tu lado.

A cualquier madre que le preguntes te dirá que este tiempo es demasiado corto, lo es, y mucho, aún así tengo que darte las gracias porque he descubierto muchas cosas en tan poco tiempo. Que puedo duplicar mi amor para vosotros dos, algo que pensaba que sería difícil aún cuando estabas en la barrigota. Que me encantan los bebés, el tenerte encima dormido como ahora mismo, tu olor, tus caricias, tus sonrisas, congelaría este momento. Que eres tan distinto a tu hermana y a la vez tan parecido en muchas cosas. Que me derrito viendo cómo ella te mira y te dedica su tiempo, está deseando jugar contigo y tú te abalanzas cada vez que la ves con una gran sonrisa, hay sintonía entre vosotros. Que a tu padre se le ilumina la cara cada vez que te ve y le dedicas una carcajada. Que después de unos días de adaptación ya somos un equipo, un gran equipo que no concibe una vida mejor.

Como todo en esta vida, hasta aquí hemos llegado, se acaba un tiempo entre nosotros, tú y yo a solas. Un tiempo donde habíamos creado nuestra rutina y nos empezaba a funcionar muy bien- Donde amanecíamos juntos y acompañábamos a tu hermana a la guardería para después pasar nuestra mañana. Ahora empieza una época preciosa porque ya eres un bebé que percibe mundo con cada parpadeo y, aunque no esté las 24h del día contigo, por supuesto intentaré que cada uno de esos parpadeos tengan momentos bonitos, muy bonitos.

Quiero pensar que todo irá como la primera vez, es lo bueno o malo de tener una referencia, que me acostumbraré a la nueva rutina de madre más ojerosa y no me costará tanto dejarte para ir a trabajar. Eso es lo que quiero pensar pero luego te miro y sé que me echarás de menos, mucho, porque aunque todos los niños necesitan a sus madres, tú eres de los que se pasaría pegado a mi las 24h. Es una sensación rara porque me gusta sentirme tan querida pero a la vez siento pavor por dejarte solo porque sé que lo pasarás mal. Porque querido mío, está mal que yo lo diga pero se te ilumina la cara cuando me miras y a mi cuando te miro, esos niños de mamá, tú eres uno de ellos. Tanto que rara vez te duermes sin tenerme a la vista, cosa que me preocupa. Espero que te hagas a estar con la abuela, ella pondrá de su parte, hasta ha aprendido a ponerse la mochila para portearte por casa y dormir.

Para terminar, sólo puedo repetir lo que le dije a tu hermana en su día, te voy a echar de menos, muchísimo pero espero poder llegar a casa lo más rápido posible para achucharte como me gustaría hacer durante todo el día.

Te quiere, tu madre.


Mr. P says: De la baja del padre mejor ni hablamos. Se ve que solo valemos para hacer los papeles del recien nacido.

martes, 3 de febrero de 2015

Peli de Oscar

El sábado fue el primer día que el pequeño Pixel se quedaba un rato lejos de su madre al cuidado de un servidor. Aún recuerdo cuando escribí sobre aquella primera noche con Chewy, menudo combate, pero esta vez eran dos y como no me vi ni física ni psicológicamente preparado, porque claramente me ganaban en número, pedimos ayuda a la tía Shery, muy predispuesta siempre. Con este panorama me imaginaba una noche en mi cabeza, pero el destino es caprichoso y mi hijo más, y en realidad me esperaba una buena...

EN MI CABEZA...

Tenía todo lo necesario para plantear un día de diversión, dentro de lo que se puede hacer con un bebé de 5 meses y medio. La primera parte de la noche nos centraríamos en cenas, todo organizado, primero para cenar una pizza casera, cena que no defrauda nunca, para los dentados y después le daríamos la leche que nos había dejado la madre al desdentado, siempre que lo necesitara, todo en su preciso momento.

Tras la cena, la tía Shery se dispondría a entretener a Chewy mientras yo dormía al pequeño en su mochila, unos cuantos paseos y KO, pan comido. Después un poco de peli para la mayor y a dormir también. Con esto ya podríamos ver una buena peli, una de las nominadas a los Oscars, la tía, yo y una buena palangana de palomitas, Mrs. nos había dado permiso para ello ya que ella no aguanta ni media serie la pobre. Esa sería la escena que encontraría la santa madre a su vuelta, yo orgulloso por haberlo conseguido para que vea que puede descansar de vez en cuando.

EN REALIDAD...

La primera hora de ausencia materna todo fueron risas y juegos, llegamos a la cena con la pizza casera al aire de pavo y todo marchaba sobre ruedas. 

Tras la cena, Pixel se empezó a impacientar y aunque la madre me dijo que esperara porque había comido, yo veía que mi pobre guacho tenía hambruna, así que le preparé una degustación de leche de teta con reducción de cereal para que le llenara el buche más. Razón no me faltó porque se relamía con cada cucharada y disfrutaba con el manjar que le había preparado, hasta que tropezamos con un pequeño problema. Los 100 mililitros y las seis cucharadas de cereal parecía que no le fueron suficientes, él miraba ese cuenco vacío con gana, y allí, amigos, no había nada.

El pobre Oscar sufrirá con esa mochila seguro
Corrimos un tupido velo y nos dispusimos a seguir nuestra noche, previo paso informativo a la madre vía wasap con imagen incluida para que cenara tranquila. Al cabo de una hora empezaron las quejas del pequeño y con ellas, el fin de nuestra noche. En la primera parte intenté calmarle, me puse la mochila, paseo, meneo, giro y vuelta a empezar… así a lo Homer Simpson "arranca, freno, claxón…arranca, freno, claxón" pero no caía el jodío y encima lloraba. Ante la desesperación pedí cambio y entró mi sustituto al campo de juego. Tía Shery hizo lo propio pero el condenao seguía dando el do de pecho, serenata que fue acompañada con sumo gusto por su hermana porque no podía seguir jugando.

Tras una hora aproximadamente de ópera cantada y un mensajito de mi señora, decidí que había que informar para que viniera, pero claro, le quedaba media hora de camino y no podía tener al pobre niño cantando hasta entonces. Ni corto ni perezoso, cogí un plátano y se lo acerqué a la boca, algo había que probar. Al pobre se le iluminó la cara, cogía la fruta con ahínco y le daba unos bocaos de aúpa, estaba canino, no andaba yo muy descaminado. Se calzó medio plátano con esas encías de abuelete, el primero que probaba, y después de eso, se durmió. Eran las 23:45 más o menos y a mi me parecían las 4 de la mañana.

Sobra decir que allí no dormía nadie y por supuesto no pudimos acostar a la mayor que miraba con asombro cómo dos adultos no bastaban para reducir a un pequeño bebé goblin.

Mrs. P says: Virgen santa cuando entré en casa no me creía lo que estaba viendo. El padre tirado en el sofá que parecía que le habían pegado una paliza, tía Shery con un niño descoyuntao en el balancín de casa que llevaba además unas morreras con cosas pegajosas alrededor, la padawan corriendo por el pasillo y diciendo que habían venido los Goblins y la casa...en fin, en casa parecía que había venido alguien más que los puñeteros Goblins, allí había habido una fiesta con David Bowie cantando como poco. Todo eso en tres horas y media.

Ahora todos somos Goblins en casa para Chewy

martes, 20 de enero de 2015

Hilda y sus historias

Últimamente he vuelto a la lectura en mi viajes por el submundo. El sueño ya no hace mella en mi, y puedo leer un párrafo y no tener que empezarlo de nuevo tres veces. Para gestionar mis lecturas utilizo goodreads, aplicación en la que una vez has rellenado un mínimo de puntuaciones de libros que has leído, te ofrece recomendaciones en función a tus gustos. Bueno, pues yo llevo como unos 400 metidos en la aplicación y no me recomendienda nada más que plomos, pero bueno, a lo que voy, el otro día por fin, vi una portada de un cómic en estas recomendaciones que llamó mi atención: Hilda and the Midnight Giant.

Me encanta Brizna, el zorro con cuernitos
Nada más ver la portada supe que me iba a gustar. Gigantes, casas diminutas y un zorro con cuernos (aunque al principio creía que era un ciervo chiquitín). Y bueno, ejem, vi que era una forma genial de dar el salto de los cuentos ilustrados al comic con la pequeña, ya tardaba, pero es que ella es la fan número uno de todo aquello donde salgan gigantes, trolls o brujas.

Investigando un poquito más sobre el autor, Luke Pearson, vi el resto de la saga de esta peculiar niña, Hilda y el Trol y Hilda y el Perro Negro, y no dudé ni un instante en comprarla con solo ver los títulos, así a lo loco. Nos falta el de Hilda y el desfile de los pájaros, pero no lo tenían en Amazon, así que esperaré.

Por contaros un poco, en Hilda y el Gigante de Medianoche, Hilda y su madre descubren que su casa se encuentra en mitad de un terreno en el que viven unos diminutos elfos a los que antes no podían ver. Estos elfos quieren que Hilda y su madre se marchen, puesto que les parecen muy molestas. Cuando la madre de Hilda amenaza con irse a vivir a la ciudad, Hilda se embarca en una aventura para resolver este problema.  Además de todo esto, a Hilda le toca lidiar con un gigante que merodea por su casa ¿a que no sabéis a que hora? si a medianoche, se vía venir.

No quiero extenderme y contaros en detalle de qué van cada uno de ellos (no me gusta spoilear), pero sí os recomiendo todos los que tenemos en casa porque merecen la pena, aunque eso sí os pongo mi orden de prioridades:

1. Hilda y el Gigante de Medianoche

2. Hilda y el Perro Negro

3. Hilda y el Trol














En resumen, un comic genial para todas las edades lleno de imaginación y con un dibujos muy chuquis (i.e. término acuñado por Chewy y que aquí hemos identificado como mezcla de algo chuli y cuqui), que hará que nos lo pasamos pipa leyéndoselo a los peques o para nosotros mismos. A la padawan le vamos señalando cada una de las viñetas, si vemos que hay mucha literatura sintetizamos pero le ha gustado tanto que llevamos toda una semana leyendo los tres comics antes de dormir, y algún día hasta dos veces.

Mrs. P says: Un gran descubrimiento del padre, me han encantado los tres, muy amenos, con gran cantidad de personajes y mucha imaginación. Lo mejor de leerlos con Chewy es ver cómo interpreta ella la historia según la viñeta y cómo va preguntando quienes son cada uno de los seres, por supuesto ya hemos integrado a más de uno en la vida cotidiana, por ejemplo a Tontu.

miércoles, 14 de enero de 2015

"LA LOCA GUERRA DE NUESTRA GALAXIA" Parte III - Los actores nos conquistan

Y con el nuevo año, después de un mes de Diciembre intenso donde los actores han monopolizado toda la atención de la directora y el productor, aquí estamos por fin con la última entrega de esta trilogía. La primera y segunda parte mostraban la parte más loca de lo que llevamos viviendo en esta galaxia desde que llegó Pixel, pero para terminar no podíamos hacerlo de otra forma que con una película pastelona. Sí queridos espectadores, hay final feliz, aquí somos mucho de acabar bien las cosas, qué le vamos a hacer, pero además es que por mucho que hayamos escrito el caos que reina en casa estamos la mar de encantados con él.


Secuencia 5: Amor de hermanos

Se abre el telón con diferentes escenarios en la cama según el día y quién sea el actor principal que promueva el comienzo de la acción. Pese a todo, hay una escena que se repite todos y cada uno de los días y que conmueve a todo el personal de la película. Chewy se da cuenta que su hermano está despierto y corre como si no hubiera mañana para abrazarle, besarle, darle los buenos días, preguntarle qué tal ha dormido y hacerle alguna monería, a lo que su hermano siempre responde igual, sonrisota al canto. De fondo, madre, padre o ambos, chorreando babas y hasta alguna lagrimica algún día (por las horas a las que se produce la escena también, juas juas).

La recogida en la guardería se sucede igual, el primero que se lleva un beso y un abrazo hasta aplastarlo (algunas veces casi demasiado literal) es el coprotagonista más joven de la historia, amor a raudales entre ambos.

Comentarios de la directora: "Aunque tengas una mala noche, hayas dormido una hora si una no, te duela la espalda por los paseos con uno o por ir a ver a la otra a su cuarto, duermas en un rincón porque se te han instaurado todos en la cama o incluso hayas pasado noche casi en blanco (esta película es muy dura), no puede haber nada más reconstituyente que verlos a los dos. Sonará moña, pero es así. Si ya has pasado buena noche, es cuando hasta te vienen ganas de seguir procreando, menos mal que en ese momento no nos dejan hacer nada XD".

Comentarios del productor: "Un amor fraternal que a veces llega hasta la extenuación y prueba de ello son las marcas que su hermano luce por todo el cuerpo fruto de abrazos de oso, zarandeos salvajes y otras muestras afectivas. Le dejamos que disfrute un poquito a la mayor porque en breve Pixel será un jabalí en toda regla y zurrará a su hermana sin problemas, bueno si la otra no lo lía con su labia".

Secuencia 6: Descubriendo al pichón

Se abre el telón y aparece la madre ensimismada mirando a Pixel, su cara de emoción lo dice todo, sobre todo cuando descubre que no sólo ella es la que mira, también su pichón le devuelve la mirada, hay conexión porque este niño es muy de madre, y de repente, ¡zas! le echa una sonrisa.

Los momentos así se suceden en su día a día cuando están a solas, pero los mejores vienen cuando llega el resto del clan familiar y el padre se pone a hacerle cosquillas, la hermana a decirle cosas o la madre a enseñarle multitud de juguetes que rondan por casa y que ya Pixel ha aprendido a coger. Es entonces cuando llega la carcajada y raudos y veloces los padres, que aún parecen primerizos, corren a coger la cámara para inmortalizar esos momentos. Llegan tarde, como no...

Ni que decir tiene que en esta casa se disfruta de todo, hasta de los pedos de abuela que se tira el pichón o de las mierdas explosivas con cara de enfadado que terminan en una gran sonrisa de "qué a gustito me he quedado", Pixel es un gran actor y gesticula que da gusto, además de acumular todo para darlo en una sola plasta.

Comentarios de la directora: "Ni que decir tiene que lo mejor de tener otro en casa es volver a pasar esas primeras veces en las que sigues dudando en todo, descubrir el caracter del recién llegado, ver como lo que te valía ya no te vale, cómo es tu día con dos, empezar una vida totalmente nueva y compartir momentos magníficos no solo con el padre de la criatura, sino con otra pichoncilla que te sorprende cada día con una palabra de cariño hacia su hermano, como un equipo".

Comentarios del productor: "Los bebés son preciosos, cuando vas a verlos de visita. Yo disfruto un más a partir de los seis meses, pero estos tan pequeñitos que pasan el tiempo comiendo con su madre, durmiendo y llorando me gustan en intervalos de 5 minutos. Sin embargo con lo pequeño que es, es un risotas y te alegra el día cuando llegas a casa y nada más verte te sonríe. Por eso a veces casi me hace cambiar de parecer durante un rato, luego le vienen los gases y se acabó… Deseando estoy que empiece a sentarse, no nos van a sacar del parque de juguetes de casa ni con calzador".

Y hasta aquí el estreno del comienzo de año y fin de una trilogía. Hemos tenido que acortar esta última película para no hacerla demasiado moña, pero sin duda es la que más secuencias tiene y por supuesto la que más nos gusta. Podría parecer que esta saga iba por derroteros de tragicomedia con connotaciones de película de terror, es así en algunos momentos, pero podemos asegurar al 100% que son mínimos y sobre todo pasajeros. Lo que no pasa es el trasfondo de toda la historia, el equipo de la película está muy pero que muy feliz juntos y esperan poder seguir protagonizando grandes historias y contarlas tal y como son.

¡Que ustedes disfruten de la película tanto como nosotros haciéndola y feliz 2015 a todos!